sábado, 3 de noviembre de 2007

OE!!! ¿CON ESTE COLOR ESCRIBEN LOS CABROS, NO?

Sin ánimos de ofender a nadie un día un amigo, a quien yo quiero mucho, me dijo por el Chat que este color (con el que escribo estas líneas) era el favorito de los Gays. Me quede mudo por unos segundos y luego me invadió una carcajada.

Este amigo mió, cuyo nombre rememora a un patriarca judío del antiguo testamento, posee gran sensibilidad al escribir. Su cosmovisión del hombre supera a cualquier filósofo o pensador de cualquier época. El simplemente no apuesta por el ser humano.

Cuando él entra al MSN la resignación por pertenecer a la raza humana se pone de manifiesto con una simple frase: “!Tamare!”, así resume su estado de animo, así resume el sentir por pertenecer a una especie denominada humana.

¿Pero a quiero llegar?

Papel aguanta todo, y el Internet también, así que me tomo la libertad de escribir esta pastrulada, no con afán homofóbico, mucho menos revanchista. Lo mió no es un despropósito.

No tengo nada con aquellos seres que se deleitan por una opción fálica o que son hinchas de Alaska Dinarama. Personalmente a mi me gusta esta agrupación, en especial ese tema que enerva a muchos parroquianos de la vetada discoteca Vale Todo y que ya es un himno en esos círculos: “A quien le importa”….ojo no es lo que parece!!!

El gusto por los colores no necesariamente determina una opción sexual, pero si el mal gusto. Pienso en los años sesenta y setenta y me invade un escozor. Supongo que la gente de esos años se sentía cómoda, muy fashion y muy libre pensadora. ¿Y por que no?, ¿Acaso no tenían vivito y coleando a Pablo Neruda o Gino Germani aunque ninguno de los dos fueran o se sintieran de esa época?

La juventud de ese entonces dista mucho a la de ahora, no puedo asegurar que fue mejor, simplemente diferente. Sin embargo, en mis mas desenfrenadas borracheras me podían oír gritando !Viva Leed Zeppelín, los Doors y el Che carajo!. La diferencia sustancial entre la gente que vivió esos años y los nostálgicos que vamos a mitad de los veinte o que apenas rebasamos los treinta y que emulamos a los Rolling es la diferencia pendular entre el idealista vs. el alpinchista. En estos tiempos impera el individualismo, el desarrollismo, la filosofía Yupi (tanto tienes, tanto vales) y los talleres de auto ayuda que te hacen gritar muy enérgicamente “Si se puede”.

¡Aquel que este libre de pecado que lance la primera protesta!

Por algo dicen que todo tiempo pasado fue mejor. Sin embargo toda época, tiempo o era esta maculada por el absurdo y el desatino.

Alguna vez un sabio setentero, mi padre, dijo: “Lo antagónico de mis tiempos era el estilo de vida de su juventud. Se usaba un pantalón campana a la cadera, una camisa floreada de color fucsia, el pelo largo, un disco de los Rolling en una mano y en la otra un libro de Marx”. Fue en ese momento cuando puse cara de: “OH por Dios ¿Qué fue eso?” y para colmo el viejo sentencia: “En esa época habían hombres”.

Cantaban la internacional comunista pero hacían largas colas para ver a Santana que, paradójicamente, fue vetado por un supuesto gobierno de filo socialista.
Supongo que la “Divina presencia del comandante Che Guevara” era suplantada por la suficiencia de los acordes de “Mujer de magia negra”, claro está, esto dependía mucho del estado de la materia en que se encontraba el individuo, ósea si estaba pedo, ósea drogado. Que bueno que los tiempos, las personas y las corrientes ideológicas cambian.

El problema no es si ellos continúan siendo lo que fueron o dejaron de serlo. El problema es cuando tratan de que tú (espíritu libre e independiente por la voluntad general de tu estado y nación a partir de los 18 años) pienses como ellos, claro está, ellos lo hacen de forma inconciente. Por favor, no hay que culpar a los viejos por sus desatinos, ellos nos quieren mucho y su amor los impulsa, a veces, hacer cagadas con nuestras vidas.

El hombre más sabio que conozco personalmente es mi padre y yo quedo como un minusválido mental a su lado. Me siento orgulloso de él, con sus aciertos y errores. Pero a veces me cuesta entenderlo. Sin embargo, pasa el tiempo, y reparo que hay un parecido que trasciende lo físico...me estoy convirtiendo en mi padre. Que miedo!!!

Por ello es que reflexiono acerca de mi amigo con nombre patriarca judío y nacido en el primer puerto. Pienso que algún día su frase “Tamare” formara parte y engrosará el diccionario de la Real Academia de la Lengua y esta frase será sinónimo de la frustración, la desazón, el descontento, el sinsabor, la nostalgia, la negación y a la vez la preocupación por el ser uno mismo y por el simple hecho de pertenecer a la raza humana.


Ante todo mucha calma…!!!


Megadisoluto

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